lunes, 20 de mayo de 2013

NO PUDE HACER LA TAREA PORQUE… (por Ezequiel Perez Valobra 6E)



                Querido Maestro no pude hacer la tarea porque recibí una visita de mi abuela, a la que no veo hace seis años, dado que se fue a recorrer el mundo en micro.
                Aún las razones que dé puede no considerarlas suficientes, pero considero correcto justificarme apropiadamente: a que mis razones, no es un evento de todos los días que mi abuela canadiense te visite en este lugar del mundo, y aun en el transcurso del año más normal solo podía verla en mis cumpleaños, si todo está con viento a favor.
                Fui totalmente irresponsable, ya que ni siquiera es mi abuela favorita y pude haber realizado los deberes, al fin y al cabo es mi verdadera obligación, pero no obstante las abuelas son como la alegría, hay que atraparlas al vuelo y sin demoras antes de que vuelen para otro lado.
                Desde mi punto de vista es de mayor importancia recibir a una abuela como se merece que realizar un informe de 3500 caracteres sobre los distintos tipos de escritura a lo largo del tiempo, cosa que puede afectar mi nota con gravedad. Si bien tengo promedio bajo, es evidente que tareas hay muchas y abuelas pocas.
                Esta vez mi abuela trajo consigo a Felicia, su gata. Considerando que soy un gatomaníaco y la gata de mi abuela me tiene un afecto muy especial, se me hace difícil levantarme de la silla con los 22 kg encima (es lo que pesa la mascota. Lo sé, es gorda).
                Es fácil decir que la pude haber apartado y buscar la computadora para hacer la tarea, pero ¡oh! Ni en la peor de mis desgracias me atrevería  apartar un gato, si no saben lo que hace. Deja, marcas rojas que chorrean sangre desde sus brazos, piernas… créame que no lo haría.
                Pude haber dado otras excusas peores como que cayó un rayo sobre los ganchos metálicos de la carpeta y pude haber sufrido un shock eléctrico potente o que una bola de demolición rompió el edificio de enfrente y sus escombros atravesaron las hojas de la tarea.
                Pero siendo sincero, esto fue lo que pasó. En fin, me despido porque llegó mi café con leche hecho por las manos de mi abuela.

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